ANATOMÍA DE LA DETERMINACIÓN

Septiembre de 2009

Al igual que todos los inversionistas, pasamos mucho tiempo tratando de aprender a predecir cuáles startups [a] tendrán éxito. Probablemente pasamos más tiempo pensando en ello que la mayoría, porque invertimos en una etapa muy temprana. La predicción es por lo general lo único que tenemos para apoyarnos.

Aprendimos rápidamente que el más importante predictor del éxito es la determinación. Al principio pensamos que podría ser la inteligencia. A todos nos gusta creer que eso es lo que hace exitosas a las startups. Hace una mejor historia que una empresa triunfó porque sus fundadores eran muy inteligentes. La gente de relaciones públicas y los periodistas que difunden tales historias probablemente lo creen. Sin embargo, aunque sin duda ayuda ser inteligente, no es el factor decisivo. Hay bastantes personas igual de inteligentes a Bill Gates que no logran nada.

En la mayoría de los dominios, el talento está sobrevalorado en comparación con la determinación— en parte porque hace una mejor historia, en parte porque le da a los espectadores una excusa para ser perezosos, y en parte porque después de un tiempo la determinación empieza a lucir como talento.

No se me ocurre ningún campo en el que la determinación esté sobrevalorada, pero probablemente la importancia relativa de la determinación y el talento varíen un poco. Quizás el talento es más importante en los tipos de trabajo que son más puros, en el sentido de que se está resolviendo en su mayoría un solo tipo de problema en lugar de muchos tipos diferentes. Sospecho que la determinación no te llevará tan lejos en matemáticas como lo haría en, por ejemplo, el crimen organizado.

No pretendo sugerir con esta comparación que los tipos de trabajo que dependen más del talento son siempre más admirables. La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que es más admirable ser bueno en matemáticas que memorizar largas cadenas de dígitos, a pesar de que esto último depende más de la capacidad natural.

Tal vez una de las razones por la que la gente cree que los fundadores de startups ganan por ser más inteligentes se debe a que la inteligencia importa más en las startups de tecnología de lo que solía ser en tipos anteriores de empresas. Probablemente necesitas ser un poco más inteligente para dominar la búsqueda en Internet de lo que tenías que serlo para dominar los ferrocarriles, los hoteles o los periódicos. Y esa es probablemente una tendencia en curso. Pero incluso en la más alta de las industrias de alta tecnología, el éxito depende aún más en la determinación que en la inteligencia.

Si la determinación es tan importante, ¿podemos aislar sus componentes? ¿Son algunos más importantes que otros? ¿Hay algunos que puedas cultivar?

La forma más simple de determinación es la obstinación. Cuando quieres algo, tienes que tenerlo, a como dé lugar.

Una buena parte de la obstinación debe ser innata, ya que es común ver familias en las que uno de los hermanos tiene mucha más que el otro. Las circunstancias pueden cambiarla, pero en el extremo superior de la escala, la naturaleza parece ser más importante que la educación. Malas circunstancias pueden romper el espíritu de una persona de carácter fuerte, pero no creo que haya mucho que puedas hacer para que una persona de carácter débil sea más fuerte.

Sin embargo, tener carácter fuerte no es suficiente. También tienes que ser duro contigo mismo. Alguien que era de carácter fuerte pero autocomplaciente no se llamaría determinado. La determinación implica que tu obstinación se equilibra con la disciplina.

La palabra balance es significativa. Cuanto más obstinado seas, más disciplinado tienes que ser. Cuanto más fuerte sea tu voluntad, menos podrá alguien discutir contigo, excepto tú mismo. Y alguien tiene que discutir contigo, porque todo el mundo tiene impulsos básicos, y si tienes más voluntad que disciplina sucumbirás a ellos y terminaras en un máximo local como la drogadicción.

Podemos imaginar la voluntad y la disciplina como dos dedos apretando una resbaladiza semilla de melón. Cuanto más se apriete, más lejos vuela la semilla, pero ambos deben apretar por igual o la semilla se va por un lado.

Si esto es cierto, tiene implicaciones interesantes, porque la disciplina se puede cultivar y, de hecho, tiende a variar mucho en el curso de la vida de un individuo. Si la determinación es en realidad el producto de la voluntad y la disciplina, entonces puedes llegar a ser más decidido siendo más disciplinado. [1]

Otra de las consecuencias del modelo de la semilla de melón es que cuanto más voluntarioso seas, más peligroso es ser indisciplinado. Parece haber bastantes ejemplos que lo confirman. En la vida de algunas personas muy energéticas ves algo como aleteo de alas, donde se alternan haciendo un gran trabajo y no haciendo absolutamente nada. Externamente esto se asemeja mucho a trastorno bipolar.

Sin embargo, el modelo de semilla de melón es inexacto en al menos un aspecto: es estático. De hecho, los riesgos de la indisciplina aumentan con la tentación. Lo que significa que, curiosamente, esa determinación tiende a erosionarse a si misma. Si estás lo suficientemente decidido a lograr grandes cosas, esto probablemente aumentará el número de tentaciones a tu alrededor. A menos que te hagas proporcionalmente más disciplinado, la obstinación se hará de la ventaja, y tu logro volverá a la media.

Por eso Julio César pensaba que los hombres delgados eran tan peligrosos. No estaban tentados por las insignificantes prebendas del poder. [ b]

El modelo de semilla de melón implica que es posible ser demasiado disciplinado. ¿Es así? Creo que probablemente hay personas cuya obstinación es aplastada por una disciplina excesiva, y que lograrían más si no fueran tan duros consigo mismos. Una razón por la que los jóvenes a veces tienen éxito donde los viejos fallan es que no se dan cuenta de lo incompetentes que son. Esto les permite hacer una especie de gasto deficitario. Cuando empiezan a trabajar en algo, sobrevaloran sus logros. Pero eso les da confianza para seguir trabajando, y su rendimiento mejora. Mientras que alguien con mas visión vería su incompetencia inicial tal como es, y quizás se desanimaría a continuar.

Hay otro componente importante de la determinación: la ambición. Si la obstinación y la disciplina te llevan a tu destino, la ambición es lo que te hace escogerlo.

No sé si sea totalmente correcto decir que la ambición es un componente de la determinación, pero no son enteramente ortogonales. Sonaría raro si alguien dijera que estaba muy decidido a hacer algo trivialmente fácil.

Y afortunadamente la ambición parece ser bastante maleable; hay muchas cosas que puedes hacer para incrementarla. La mayoría de la gente no sabe que tan ambiciosa ser, sobre todo cuando son jóvenes. No saben qué es difícil, o de qué son capaces. Y este problema se agrava por tener pocos iguales. La gente ambiciosa es rara, por lo que si todos están mezclados al azar, como tienden a estarlo cuando son jóvenes, entonces los ambiciosos no tendrán muchos compañeros ambiciosos. Cuando tomas a gente como esta y las pones junto a otras personas ambiciosas, florecen como plantas moribundas que reciben agua. Probablemente los más ambiciosos están hambrientos de la clase de estímulo que reciben de sus compañeros ambiciosos, cualquiera que sea su edad. [2]

Los logros también tienden a aumentar tu ambición. Con cada paso ganas confianza para ir más lejos la próxima vez.

Así que en suma, esta es la manera en que la determinación parece funcionar: consiste en la obstinación equilibrada con disciplina, dirigida por la ambición. Y por suerte, al menos dos de estas tres cualidades pueden ser cultivadas. Puedes aumentar tu fuerza de voluntad cierta cantidad; definitivamente puedes aprender autodisciplina; y a casi nadie se le ha inculcado lo suficiente la ambición.

Siento que comprendo la determinación un poco mejor ahora. Pero sólo un poco: la obstinación, la disciplina y la ambición son conceptos casi tan complicados como la determinación. [3]

Ten en cuenta también que la determinación y el talento no son toda la historia. Hay un tercer factor en la consecución de los logros: ¿cuánto te gusta el trabajo. Si realmente amas trabajar en algo, no necesitas que te impulse la determinación; es lo que harías de todos modos. Pero la mayoría de los trabajos tienen aspectos que no le gustan a uno, porque la mayoría de los tipos de trabajo consisten en hacer cosas para otras personas, y es muy poco probable que las tareas impuestas por sus necesidades se alineen exactamente con lo que quieres hacer.

De hecho, si deseas generar la mayor cantidad de riqueza, la forma de hacerlo es centrarte más en sus necesidades que en tus intereses, y compensar la diferencia con determinación.

 

 

 

 

Notas

[1] En términos generales. Lo que estoy diciendo con el modelo de semilla de melón es más como que la determinación es proporcional a   wd^m - k | w - d | ^ n, donde w es la voluntad y d la disciplina.

[2] Lo que significa que una de las mejores maneras de ayudar a la sociedad en general es crear eventos e instituciones que pongan a personas ambiciosas juntas. Es como sacar las barras de control de un reactor nuclear: la energía que emiten motiva a otras personas ambiciosas, en lugar de ser absorbida por la gente normal con la que por lo general están rodeados. Por el contrario, es probable que sea un error hacer lo que algunos países europeos han hecho y tratar de asegurarse que ninguna de sus universidades sea significativamente mejor que las otras.

[3] Por ejemplo, la obstinación tiene claramente dos subcomponentes, la terquedad y la energía. Por si sola la primera produce una persona que es tercamente inerte. La segunda da como resultado a alguien caprichoso. Conforme la gente obstinada envejece o pierde su energía, tienden a hacerse simplemente tercos.

Gracias a Sam Altman, Jessica Livingston y Robert Morris por la lectura de los borradores de este ensayo.

 

 


 

 

Traducido de The Anatomy of Determination por Paul Graham. Traducción: Armando Alvarez

 

Notas del Traductor

[a] El termino startup define a una empresa de reciente creación orientada a la tecnología. El mismo Paul Graham la define a la perfección un poco más adelante: "Una empresa tiene que ser más que pequeña y de reciente creación para ser una startup. Hay millones de pequeñas empresas en Estados Unidos, pero sólo unas pocas miles son startups. Para ser una startup, una compañía tiene que ser un negocio de productos, no un negocio de servicios. Lo que no quiere decir que tiene que hacer algo físico, sino que tiene que tener una cosa que vende a mucha gente, en vez de hacer trabajos a medida para clientes individuales. El trabajo sobre encargo no es escalable. Para ser una startup tienes que ser la banda que vende un millón de copias de una canción, no el grupo que gana dinero tocando en bodas y Bar Mitzvahs individuales."

[b] En la obra Julio Cesar de Shakespeare, un adivino llama a César a su paso y le advierte en contra de los Idus de Marzo, el día 15 de marzo. César ignora al hombre y lo descarta como un soñador. Al ver a Casio, César le dice a Antonio que preferiría estar rodeado de hombres gordos y felices que de hombres delgados como Casio. Le preocupa que Casio sea peligroso porque "piensa demasiado" (1.2.193-196).