IMPLACABLEMENTE INGENIOSO

Marzo de 2009

Hace un par de días finalmente conseguí reducir a dos palabras lo que define a un buen fundador de startups: implacablemente ingenioso.

Hasta entonces, lo mejor que había conseguido era reducir la cualidad opuesta a una sola palabra: desdichado. La mayoría de los diccionarios dicen que desdichado significa desafortunado. Pero los diccionarios no están haciendo un muy buen trabajo. Un equipo que supera a sus oponentes, pero pierde a causa de una mala decisión arbitral se podría llamar desafortunado, pero no desdichado. Ser desdichado implica pasividad. Ser desdichado es ser maltratado por las circunstancias—dejar que el mundo haga contigo lo que quiera, en lugar de hacer lo que quieras con el mundo. [1]

Lamentablemente no hay un antónimo de desdichado, lo que hace difícil decirle a los fundadores hacia dónde apuntar. "No seas desdichado" no es un gran grito de guerra.

No es difícil expresar la cualidad que buscamos en metáforas. Probablemente, la mejor sea un running back [corredor, en el fútbol americano. N. del T.]. Un buen running back no sólo es determinado, sino flexible también. Quieren ir campo arriba, pero adaptan sus planes sobre la marcha.

Por desgracia esta es sólo una metáfora, y no es de gran utilidad para la mayoría de la gente fuera de los Estados Unidos "Se como un running back" no es mejor que "No seas desdichado".

Pero por fin he encontrado la manera de expresar esta cualidad de forma directa. Estaba escribiendo una charla para inversionistas, y tuve que explicar lo que se debe buscar en los fundadores. ¿Cómo sería alguien que fuera todo lo contrario a desdichado? Serían implacablemente ingeniosos. No simplemente implacables. Eso no es suficiente para hacer que las cosas salgan bien, excepto en unos pocos dominios en su mayoría sin interés. En cualquier dominio interesante, las dificultades serán nuevas. Lo que significa que no puedes simplemente navegar por ellas, porque en un principio no sabes que tan difíciles son; no sabes si estás a punto de abrirte paso a través de un bloque de espuma o de granito. Así que tienes que ser ingenioso. Tienes que seguir intentando cosas nuevas.

Sé implacablemente ingenioso.

Eso suena bien, pero ¿es simplemente una descripción de cómo tener éxito en general? No lo creo. Esta no es la receta para el éxito en la escritura o la pintura, por ejemplo. En este tipo de trabajos la receta es más bien ser activamente curiosos. Ingenioso implica que los obstáculos son externos, como por lo general lo son en las startups. Pero en la escritura y la pintura son en su mayoría internos; el obstáculo es tu propia torpeza. [2]

Probablemente haya otros campos donde "implacablemente ingenioso" sea la receta para el éxito. Pero aunque esto pueda ser así, creo que esta es la mejor descripción breve que encontraríamos de lo que hace a un buen fundador de startups. Dudo que pueda ser más precisa.

Ahora que sabemos lo que estamos buscando, eso nos lleva a formular otras preguntas. Por ejemplo, ¿puede enseñarse esta cualidad? Después de cuatro años de tratar de enseñarla a la gente, yo diría que sí, que con sorprendente frecuencia es posible. No a todos, pero si a muchos. [3] Algunas personas son inherentemente pasivas, pero otras tienen una capacidad latente para ser implacablemente ingeniosas que sólo necesita ser explotada.

Esto es particularmente cierto para los jóvenes que hasta este momento siempre han estado bajo el control de algún tipo de autoridad. Ser implacablemente ingenioso definitivamente no es la receta para el éxito en las grandes empresas, o en la mayoría de las escuelas. No quiero ni pensar cuál será la receta en las grandes empresas, pero sin duda es más larga y confusa, implicando una combinación de ingenio, obediencia y generación de alianzas.

Identificar esta cualidad también nos acerca a responder una pregunta que a menudo se hace la gente: ¿cuantas startups puede haber? No hay, como algunos parecen pensar, un limite económico máximo para este número. No hay ninguna razón para creer que existe un límite en la cantidad de riqueza recién creada que los consumidores puedan absorber, como tampoco hay un límite en el número de teoremas que se pueden probar. Así que probablemente el factor limitante en el número de startups es la cantidad de fundadores potenciales en una comunidad. Algunas personas harían buenos fundadores, y otras no. Y ahora que sabemos lo que hace a un buen fundador, sabemos cómo poner un límite superior al tamaño de la comunidad.

Esta prueba también es útil para los individuos. Si quieres saber si eres el tipo de persona indicada para iniciar una startup, pregúntate si eres implacablemente ingenioso. Y si quieres saber si debes contratar a alguien como cofundador, pregúntale si lo es.

Puedes incluso utilizarla tácticamente. Si yo estuviera a cargo de una startup, esta sería la frase que pegaría en el espejo. "Haz algo que quiera la gente", es el destino, pero "Sé implacablemente ingenioso" es la forma de llegar allí.

 

 

Notas

[1] Creo que la razón por la que los diccionarios se equivocan es que el significado de la palabra ha cambiado. En la actualidad, nadie escribiendo un diccionario desde cero diría que desdichado significa desafortunado. Sin embargo, un par de cientos de años atrás, podrían haberlo hecho. En el pasado la gente estaba más a merced de las circunstancias, y como resultado muchas de las palabras que usamos para los resultados positivos y negativos tienen su origen en las palabras sobre la suerte.

Cuando vivía en Italia, una vez intente decirle a alguien que no había tenido mucho éxito haciendo algo, pero no se me ocurría la palabra italiana para éxito. Pasé algún tiempo tratando de describir la palabra que quería decir. Finalmente mi interlocutora dijo: "¡Ah!, ¡Fortuna!"

[2] Hay ciertos aspectos de las startups donde la receta es ser activamente curioso. Puede haber momentos cuando lo que estás haciendo es casi descubrimiento puro. Desafortunadamente, estas ocasiones son una pequeña parte de la totalidad. Por otro lado, es igual en la investigación.

[3] Yo diría que casi a la mayoría de la gente, pero me doy cuenta de que (a) no tengo ni idea de como es la mayoría de la gente, y (b) soy patológicamente optimista sobre la capacidad de las personas para cambiar.

Gracias a Trevor Blackwell y Jessica Livingston por leer los borradores de este ensayo.

 


 

Traducido de Relentlessly Resourceful por Paul Graham. Traducción: Armando Alvarez