LO QUE NO PUEDES DECIR


Enero 2004

¿Has visto en alguna ocasión una vieja foto tuya y te has sentido avergonzado por como lucias? ¿En verdad nos vestíamos así? Lo hacíamos. Y no teníamos idea lo ridículos que lucíamos. Es la naturaleza de la moda ser invisible. De la misma manera que el movimiento de la tierra es invisible para todos los que la habitamos.

Lo que me asusta es que también existen modas morales. Son igual de arbitrarias, e igual de invisibles para casi todas las personas. Pero son mucho mas peligrosas. La moda en el vestir se confunde con el buen diseño. Vestir de manera extraña hace que la gente se ría de ti. Violar modas morales puede hacer que te despidan, te deporten, te encarcelen o incluso te asesinen.

Si pudieras regresar en una maquina del tiempo, una cosa sería cierta sin importar a donde fueras: tendrías que tener cuidado con lo que dices. Opiniones que consideramos inofensivas podrían meterte en grandes problemas. De hecho ya dije al menos una cosa que me hubiera metido en grandes problemas en la mayor parte de Europa durante el siglo XVII, y que de hecho metió a Galileo en grandes problemas cuando lo dijo: que la tierra se mueve. [1]

Parece ser una constante a lo largo de la historia: En cada periodo, la gente ha creído en cosas simplemente ridículas, y las creían tan firmemente que podías meterte en graves problemas por opinar diferente.

¿Es distinto en nuestro tiempo? Para cualquiera que haya leído un poco de historia, la respuesta será, casi con seguridad, negativa. Sería una coincidencia notable si la nuestra fuera la primera época a la que todo le sale bien.

Es angustioso pensar que creemos cosas que las personas en el futuro encontraran ridículas. ¿Que se cuidaría de decir alguien que nos visitara en una maquina del tiempo? Es lo que quiero estudiar aquí. Pero quiero hacer algo más que escandalizar a todos con la heresy du jour [herejía del día]. Quiero encontrar recetas generales para descubrir lo que no puedes decir, en cualquier época.
 

La Prueba del Conformismo


Empecemos con una prueba: ¿Tienes algunas opiniónes que estarías renuente a expresar frente a un grupo de compañeros?

Si la respuesta es no, tal vez quieras detenerte a pensar en ello. Si todo en lo que crees es algo en lo que se supone que debes de creer, ¿será posible que sea una coincidencia? Lo más probable es que no. Lo más probable es que sólo crees en las cosas que te dicen.

La otra alternativa sería que has considerado cada pregunta de manera individual y has dado exactamente con las mismas respuestas que son ahora consideradas aceptables. Eso parece improbable, por que también tendrías que haber cometido los mismos errores. Los cartógrafos ponen pequeños errores en sus mapas de manera deliberada para poder descubrir cuando alguien los copia. Si otro mapa tiene el mismo error, es una prueba muy convincente.

Como cualquier otra época en la historia, nuestro mapa moral seguramente contiene algunos errores. Y cualquiera que comete los mismos errores seguramente no lo hizo por accidente. Sería como si alguien dijera que en 1972 decidió de manera independiente que los pantalones acampanados eran una buena idea.

Si ahora crees todo lo que se supone que debes creer, ¿como puedes estar seguro que no habrías creído también todo lo que se supone que deberías haber creído si hubieras crecido entre los propietarios de plantaciones sureñas previo a la Guerra Civil, o en Alemania en los 30’s; o para el caso, entre los Mongoles en 1200? Lo más probable es que lo habrías hecho.

En aquella época de términos como “bien adaptado”, parecía que la idea era que había algo mal contigo si creías cosas que no te atrevías a decir en voz alta. Esto esta al revés. Casi con seguridad, estas mal si no crees cosas que no te atreves a decir en voz alta.
 

Problemas


¿Qué no podemos decir? Una forma de encontrar estas ideas es viendo simplemente las cosas que dice la gente que se mete en problemas. [2]

Por supuesto, no estamos buscando solo cosas que no podamos decir. Estamos buscando cosas que no podamos decir que sean verdaderas, o que al menos tengan las suficientes posibilidades de serlo para que la pregunta permanezca abierta. Pero algunas de las cosas que meten en problemas a la gente por decirlas caen en este segundo umbral, más bajo. Nadie se mete en problemas por decir que 2+2 son 5, o que la gente en Pittsburgh mide 3 metros. Semejantes declaraciones falsas podrían ser tratadas como bromas, o en su peor caso como evidencia de locura, pero es poco probable que hagan enojar a alguien. Las afirmaciones que hacen enojar a la gente son las que les preocupan podrían ser creídas. Sospecho que las afirmaciones que más hacen enojar a la gente son las que les preocupan podrían ser verdad.

Si Galileo hubiera dicho que la gente en Padua media tres metros, hubiera sido visto como un excéntrico inofensivo. Decir que la tierra orbitaba alrededor del sol era otra cosa. La iglesia sabía que esto pondría a las personas a pensar.

Ciertamente, al mirar hacia el pasado, esta regla funciona bien. Muchas de las afirmaciones que metieron a la gente en problemas ahora parecen inofensivas. Así que es probable que visitantes del futuro estarían de acuerdo al menos con algunas de las afirmaciones que hoy meten en problemas a las personas. ¿No tenemos Galileos? Es improbable.

Para encontrarlos, sigue las opiniones que meten en problemas a la gente, y empieza a preguntarte ¿será cierto esto? Bien, puede que sea una herejía (o cualquier equivalente moderno) ¿pero podría también ser verdad?
 

Herejía

 
Sin embargo, esto no nos dará todas las respuestas. ¿Que tal si nadie se mete en problemas todavía por alguna idea en particular? ¿Que tal si una idea fuera tan radiactivamente controversial que nadie se atreve a expresarla en público? ¿Como podemos encontrar estas también?

Otra aproximación es seguir esa palabra, herejía. En cada periodo de la historia parecen haber existido etiquetas que se aplicaban a algunas declaraciones para derribarlas antes de que alguien tuviera la oportunidad de preguntar si eran verdaderas o no. “Blasfemia” , “sacrilegio” y “herejía” fueron semejantes etiquetas durante una buena parte de la historia occidental, de la misma manera que en tiempos más recientes “indecente”, “impropio” y “antiamericano” lo han sido. Ahora estas etiquetas han perdido su aguijón. Pasa siempre. Ahora se usan principalmente de manera irónica. Pero en su tiempo tenían verdadera fuerza.

La palabra “derrotista”, por ejemplo, ahora no tiene connotaciones políticas en particular. Pero en la Alemania de 1917 era un arma, utilizada por Ludendorff para purgar a los que favorecían una paz negociada. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial fue usada de manera extensiva por Churchill y sus seguidores para silenciar a sus oponentes. En 1940, cualquier argumento contra la agresiva política de Churchill era “derrotista”. ¿Estuvo bien o mal? Idealmente, nadie llegó tan lejos para preguntar eso.

Por supuesto que tenemos semejantes etiquetas hoy en día, muchas de ellas, desde la multipropósito “inapropiado” a la temida “divisivo”. En cualquier periodo debe ser fácil descubrir cuales son tales etiquetas, tan sólo viendo como la gente llama a las ideas con las que no están de acuerdo, ademas de falsas. Cuando un político dice que su oponente esta equivocado, es una critica directa, pero cuando ataca una afirmación como “divisiva” o “racialmente insensible” en lugar de argumentar que es falso, debemos empezar a poner atención.

Así que otra forma de descubrir cuales de nuestros tabúes serán motivo de risa para las generaciones futuras es empezar con las etiquetas. Toma una etiqueta —”sexista”, por ejemplo— y trata de pensar en algunas ideas que podrían ser llamadas así. Luego, para cada una de ellas pregunta ¿podría esto ser verdad?

¿Empezar listando tan solo ideas al azar? Sí, por que en realidad no serán al azar. Las ideas que lleguen en primer lugar a la mente serán las más plausibles. Serán cosas que ya habrás notado pero que no te permitías pensar.

En 1989 algunos investigadores brillantes siguieron los movimientos oculares de radiólogos mientras escaneaban imágenes pectorales en busca de cáncer de pulmón. [3] Descubrieron que incluso cuando los radiólogos omitían una lesión cancerosa, sus ojos usualmente se detenian momentaneamente en el lugar donde esta se encontraba. Parte de su cerebro sabía que había algo ahí; sólo que no alcanzaba a filtrarse hasta el pensamiento consciente. Creo que muchos pensamientos heréticos están ya casi formados en nuestras mentes. Si apagamos temporalmente nuestra autocensura, serán los primeros en emerger.
 

Tiempo y Espacio


Si pudiéramos mirar hacia el futuro sería obvio de cuál de nuestros tabúes se reirían mucho. No podemos hacer eso, pero podemos hacer algo casi tan bueno: podemos mirar hacia el pasado. Otra forma de averiguar que es lo que estamos haciendo mal es ver lo que solía ser aceptable y es ahora impensable.

Los cambios entre el pasado y el presente a veces representan progreso. En un campo como la física, si no estamos de acuerdo con las generaciones pasadas es porque tenemos razón y ellos están equivocados. Pero esto se vuelve rápidamente menos cierto a medida que te alejas de la certeza de las ciencias exactas. Para cuando llegas a las cuestiones sociales, muchos cambios son sólo una moda. La era del consentimiento fluctúa como falda.

Podemos imaginar que somos mucho más inteligentes y virtuosos que las generaciones pasadas, pero mientras más historia lees, menos probable parece esto. Las personas en tiempos pasados eran muy parecidas a nosotros. Ni héroes, ni bárbaros. Cualesquiera que hayan sido sus ideas, eran ideas que gente razonable podía creer.

Así que aquí esta otra fuente interesante de herejías. Compara ideas actuales contra las de culturas anteriores, y ve que consigues. [4] Algunas serán impactantes para los estándares actuales. De acuerdo, está bien; ¿pero cuales podrían también ser ciertas?

No tienes que mirar al pasado para encontrar grandes diferencias. En nuestro propio tiempo diferentes sociedades tienen ideas atrozmente diferentes de lo que está bien y lo que no lo esta. Así que también puedes intentar diferenciando las ideas de otras culturas contra la nuestra. (La mejor manera de hacerlo es visitándolos).

Podrías encontrar tabúes contradictorios. En una cultura puede parecer chocante pensar x, mientras que en otra puede parecer chocante no hacerlo. Pero creo que por lo general el choque es en un lado. En una cultura x está bien, y en otra se considera chocante. Mi hipótesis es que la parte que está sorprendida es probablemente la que esta equivocada. [5]

Sospecho que los únicos tabúes que son más que tabúes son los que se consideran universales, o casi. El asesinato por ejemplo. Pero cualquier idea que se considera inofensiva en un porcentaje significativo de tiempos y lugares, y sin embargo es tabú en el nuestro, es buena candidata para algo en lo que estamos equivocados.

Por ejemplo, en en el punto más alto de la corrección política en la década de 1990, Harvard distribuyó entre sus profesores y personal un folleto diciendo, entre otras cosas, que era inapropiado elogiar la ropa de un colega o un estudiante. No más "bonita camisa". Creo que este principio es raro entre las culturas del mundo, pasadas o presentes. Probablemente haya más donde se considera especialmente amable elogiar las prendas de vestir de alguien que en donde se considera inadecuado. Así que las probabilidades son de que esta sea, en forma leve, un ejemplo de uno de los tabúes que un visitante del futuro tendría que tener cuidado de evitar si hubiera configurado su máquina del tiempo para Cambridge, Massachusetts, 1992.
 

Majaderos


Por supuesto, si tienen máquinas del tiempo en el futuro probablemente tendrán un manual de referencia aparte sólo para Cambridge. Este ha sido siempre un lugar molesto, un pueblo de gente que gusta de poner los puntos sobre las íes y cruzar las t, donde estas expuesto a tener tanto tu gramática y tus ideas corregidas en la misma conversación. Y eso sugiere otra forma de encontrar tabúes. Busca a los pedantes, y ve lo que está dentro de sus cabezas.

Las cabezas de los niños son depositarios de todos nuestros tabúes. Nos parece adecuado que sus ideas sean brillantes y limpias. La imagen que les damos del mundo no esta meramente simplificada para acomodarla a sus mentes en desarrollo, sino también desinfectada, para adaptarse a nuestras ideas de lo que los niños deben pensar. [6]

Puedes ver esto a pequeña escala en materia de malas palabras. Muchos de mis amigos están empezando a tener hijos ahora, y todos evitan usar palabras como "jodido" y "mierda" en las cercanías del bebé, no sea que también él comience a usar estas palabras. Pero estas son parte del lenguaje, y los adultos las usan todo el tiempo. Así que los padres están dando a sus hijos una idea inexacta del lenguaje al no usarlas. ¿Por qué hacen esto? Porque no creen apropiado que los niños deban usar la totalidad del lenguaje. Nos gusta que los niños parezcan inocentes. [7]

Del mismo modo, la mayoría de los adultos, deliberadamente, dan a los niños una imagen engañosa del mundo. Uno de los ejemplos más evidentes es el de Santa Claus. Creemos que es lindo que los niños pequeños crean en Santa Claus. Yo mismo creo que es lindo que los niños pequeños crean en Santa Claus. Pero uno se pregunta, ¿les decimos estas cosas por su bien, o por el nuestro?

No estoy argumentando a favor o en contra de esta idea. Probablemente es inevitable que los padres quieran arropar las mentes de sus hijos en lindos trajes de bebé. Probablemente haré lo mismo. Lo importante para nuestros propósitos es que, como resultado, el cerebro de un adolescente bien educado es un conjunto más o menos completo de todos nuestros tabúes― y en perfecto estado, porque no están contaminados por la experiencia. Cualquier cosa que pensemos, que más tarde resulte ser ridícula, esta, casi seguro, dentro de esa cabeza.

¿Cómo llegamos a estas ideas? Con el siguiente experimento mental. Imagina una especie de personaje de los últimos días de Conrad [a], que ha trabajado durante un tiempo como mercenario en África, durante un tiempo como médico en Nepal, durante un tiempo como gerente de un club nocturno en Miami. Los detalles no importan: tan sólo que sea alguien que ha visto muchas cosas. Ahora imagina comparar lo que está dentro de la cabeza de este hombre con lo que está dentro de la cabeza de una niña bien portada de dieciséis años que vive en los suburbios. ¿Qué pensaría él que podría impactarla? Él conoce el mundo, ella conoce, o por lo menos encarna, los tabúes actuales. Resta uno del otro, y el resultado es lo que no podemos decir.
 

Mecanismo


Se me ocurre una forma más de descubrir lo que no podemos decir: observar cómo se crean los tabúes. ¿Cómo surgen las modas morales, y por qué son adoptadas? Si podemos entender este mecanismo, tal vez sea posible verlo funcionando en nuestro propio tiempo.

Las modas morales no parecen crearse de la forma en que las modas ordinarias lo hacen. Las modas ordinarias parecen surgir por accidente, cuando todo el mundo imita el capricho de alguna persona influyente. La moda de los zapatos con punta ancha a finales del siglo XV en Europa comenzó porque Carlos VIII de Francia tenía seis dedos en un pie. La moda para el nombre Gary comenzó cuando el actor Frank Cooper adoptó el nombre de un rudo pueblo de molinos en Indiana. Más a menudo, las modas morales parecen ser creadas deliberadamente. Cuando hay algo que no podemos decir, es con frequencia porque algún grupo no quiere que lo hagamos.

La prohibición será más intensa cuando el grupo este nervioso. La ironía de la situación de Galileo fue que se metió en problemas por repetir las ideas de Copérnico. Copérnico no se metió en problemas. De hecho, Copérnico era canónigo de una catedral, y dedicó su libro al Papa. Pero para la época de Galileo la iglesia estaba en medio de la Contrarreforma y le preocupaban mucho más las ideas poco ortodoxas.

Para iniciar un tabú, un grupo tiene que estar a mitad de camino entre la debilidad y el poder. Un grupo confiado no necesita tabúes para protegerse. No se considera inapropiado hacer comentarios despectivos sobre los estadounidenses o los ingleses. Y sin embargo, un grupo tiene que ser lo suficientemente potente como para hacer cumplir un tabú. Los coprofílicos, al día de hoy, no parecen ser numerosos o tener la fuerza suficiente para hacer que sus intereses sean ascendidos a un estilo de vida.

Sospecho que la mayor fuente de tabúes morales resultaran ser luchas de poder en las que un lado apenas tiene las de ganar. Ahí es donde encontrarás un grupo lo suficientemente fuerte como para hacer cumplir los tabúes, pero lo suficientemente débil como para necesitarlos.

La mayoría de las luchas, cualesquiera sean sus motivos, serán lanzadas como luchas entre  ideas rivales. La Reforma Inglesa en el fondo era una lucha por la riqueza y el poder, pero terminó siendo lanzada como una lucha para preservar las almas de los ingleses de la influencia corruptora de Roma. Es más fácil hacer que la gente luche por una idea. Y cualquiera que gane, también se considerara que sus ideas han triunfado, como si Dios quisiera señalar su acuerdo seleccionando a ese lado como el vencedor.

A menudo nos gusta pensar en la Segunda Guerra Mundial como un triunfo de la libertad sobre el totalitarismo. Convenientemente olvidamos que la Unión Soviética también fue uno de los vencedores.

No estoy diciendo que las luchas no sean nunca por las ideas, sólo que siempre se hará parecer que son por las ideas, lo sean o no. Y así como no hay nada tan fuera de moda como la última moda descartada, no hay nada tan malo como los principios del oponente más recientemente derrotado. El arte representativo esta apenas ahora recuperándose de la aprobación de Hitler y Stalin. [8]

Aunque las modas morales tienden a surgir de fuentes diferentes a la moda en el vestir, el mecanismo de su adopción se parece mucho. Los primeros en adoptarla serán llevados por la ambición: gente conscientemente atractiva que quiere distinguirse del rebaño. A medida que la moda se establece serán seguidos por un segundo grupo, mucho más grande, impulsado por el miedo. [9] Este segundo grupo adopta la moda no porque quieran sobresalir, sino porque tienen miedo de pasar desapercibidos.

Así que si quieres averiguar que no podemos decir, observa la maquinaria de la moda y trata de predecir que haría innombrable. ¿Qué grupos son poderosos, pero nerviosos, y que ideas les gustaría suprimir? ¿Qué ideas se vieron empañadas por asociación cuando terminaron en el bando perdedor de una lucha reciente? Si una persona conscientemente atractiva quisiera diferenciarse de modas anteriores (por ejemplo, de sus padres), cuales de sus ideas tendería a rechazar? ¿Cuáles son las cosas que las personas de mente convencional tienen miedo de decir?

Esta técnica no nos va a encontrar todas las cosas que no podemos decir. Se me ocurren algunas que no son el resultado de una lucha reciente. Muchos de nuestros tabúes tienen profundas raíces en el pasado. Pero este enfoque, combinado con los últimos cuatro, arrojara un buen número de ideas impensables.
 

¿Por qué?


Algunos podrían preguntar, ¿por qué uno querría hacer esto?¿Por qué ir deliberadamente  a hurgar entre ideas desagradables, de mala reputación? ¿Por qué buscar debajo de las piedras?

Yo lo hago, ante todo, por la misma razón por la que hurgaba debajo de las piedras cuando niño: por pura curiosidad. Y soy especialmente curioso acerca de todo lo que está prohibido. Déjame ver y decidir por mí mismo.

En segundo lugar, lo hago porque no me gusta la idea de estar equivocado. Si, como en otras épocas, creemos cosas que más tarde parecerán ridículas, quiero saber cuales son para que yo, al menos, pueda evitar creer en ellas.

En tercer lugar, lo hago porque es bueno para el cerebro. Para hacer un buen trabajo se necesita un cerebro que pueda ir a cualquier parte. Y sobre todo se necesita un cerebro que tenga el hábito de ir donde no debería.

Las grandes obras tienden a desarrollarse de ideas que otros han pasado por alto, y ninguna idea es tan ignorada como la que es impensable. La selección natural, por ejemplo. Es tan simple. ¿Por qué nadie pensó en ella antes? Bueno, es muy obvio. El propio Darwin tuvo la precaución de ir de puntillas alrededor de las implicaciones de su teoría. Quería pasar su tiempo pensando en la biología, no discutiendo con personas que lo acusaban de ser ateo.

En las ciencias, sobre todo, es una gran ventaja ser capaces de cuestionar los supuestos. El modus operandi de los científicos, o por lo menos de los buenos, es precisamente ese: busca los lugares en donde la sabiduría convencional este rota, y luego trata de separar las grietas y ver lo que hay debajo. Ahí es donde se originan las nuevas teorías.

En otras palabras, un buen científico no se limita a ignorar la sabiduría convencional, sino que se esfuerza especialmente en destrozarla. Los científicos van en busca de problemas. Este debería ser el modus operandi de cualquier estudioso, pero los científicos parecen mucho más dispuestos a mirar debajo de las piedras. [10]

¿Por qué? Podría ser simplemente que los científicos son más inteligentes; la mayoría de los físicos podrían, si fuera necesario, conseguir un doctorado en literatura francesa, pero pocos profesores de literatura francesa podrían conseguir un doctorado en física. O podría ser porque es más claro en las ciencias si las teorías son verdaderas o falsas, y esto hace que los científicos sean más audaces. (O podría ser que, debido a que es más claro en las ciencias si las teorías son verdaderas o falsas, hay que ser inteligente para conseguir trabajo como científico, y no sólo ser un buen político.)

Cualquiera sea la razón, parece haber una clara correlación entre la inteligencia y la voluntad de considerar ideas impactantes. Esto no es sólo porque la gente inteligente trabaje activamente para encontrar agujeros en el pensamiento convencional. Creo que, para empezar, las convenciones tienen menos control sobre ellos. Puedes ver eso en su forma de vestir.

No es sólo en las ciencias que la herejía paga bien. En cualquier campo competitivo puedes ganar en grande viendo cosas que otros no se atreven a ver. Y es probable que en todos los campos haya herejías que pocos se atreven a pronunciar. En la industria del automóvil en Estados Unidos hay muchas manos estrujadas en este momento por la disminución de la cuota de mercado. Sin embargo, la causa es tan obvia que cualquier observador externo podría explicarla en un segundo: hacen malos autos. Y lo han hecho durante tanto tiempo que ahora las marcas de autos son anti-marcas: algo a pesar de lo cual compras un auto, y no el motivo por el que lo haces. Cadillac dejó de ser el Cadillac de los autos alrededor de 1970. Y sin embargo, sospecho que nadie se atreve a decir esto. [11] De lo contrario estas empresas habrían tratado de solucionar el problema.

Entrenarte a ti mismo a pensar cosas impensables tiene ventajas, más allá de los propios pensamientos. Es como el estiramiento. Cuando te estiras antes de correr, pones tu cuerpo en posiciones mucho más extremas a cualquiera de las que asumirá durante la carrera. Si puedes pensar en cosas tan fuera del molde que le pondría los pelos de punta a la gente, no tendrás problemas con los pequeños viajes fuera del molde que la gente llama innovadores.
 

Pensieri Stretti


Cuando encuentres algo que no se puede decir, ¿qué hacer con ello? Mi consejo es, no lo digas. O al menos, escoge tus batallas.

Supongamos que en el futuro hay un movimiento para prohibir el color amarillo. Las propuestas para pintar de amarillo cualquier cosa son denunciadas como "amarillistas", como lo es cualquier persona sospechosa de tener gusto por ese color. Las personas a las que les gusta el naranja son tolerados, pero vistos con sospecha. Supongamos que te das cuenta de que no hay nada malo con el amarillo. Si vas por ahí diciendo esto, también serás denunciado como amarillista, y te encontrarás teniendo muchas discusiones con los anti-amarillistas. Si tu objetivo en la vida es reivindicar el color amarillo, puede que sea esto lo que deseas. Pero si estas interesado principalmente en otras cuestiones, ser etiquetado como amarillista será sólo una distracción. Discute con idiotas, y te convertirás en uno.

Lo más importante es ser capaz de pensar lo que quieres, no decir lo que quieres. Y si sientes que tienes que decir todo lo que piensas, puede que te inhiba de pensar pensamientos impropios. Creo que es mejor seguir la política opuesta. Dibuja una línea clara entre tu pensamiento y tu discurso. Dentro de tu cabeza, todo está permitido. Dentro de mi cabeza me aseguro de alentar los pensamientos más escandalosos que se puedan imaginar. Pero, como en una sociedad secreta, nada de lo que sucede dentro del edificio se les debe decir a los extraños. La primera regla del Club de la Pelea es que no se habla del Club de la Pelea.

Cuando Milton [b] iba a visitar Italia en la década de 1630, Sir Henry Wootton, que había sido embajador en Venecia, le dijo que su lema debería ser "i pensieri stretti & il viso sciolto". Pensamientos cerrados y una cara abierta. Sonríe a todo el mundo, y no les digas lo que estás pensando. Este fue consejo de sabios. Milton era un tipo al que le gustaba discutir, y la Inquisición estaba un poco inquieta en ese momento. Pero creo que la diferencia entre la situación de Milton y la nuestra es sólo una cuestión de grado. Cada época tiene sus herejías, y si no te encierran por ellas por lo menos te meterás en suficientes problemas que terminara convirtiendose en una completa distracción.

Admito que parece cobarde guardar silencio. Cuando leí sobre el acoso al que los Cienciólogos someten a sus críticos [12], o que los grupos pro-israelíes están "compilando expedientes" sobre los que hablan en contra de Israel por abusos contra los derechos humanos [13], o sobre personas siendo demandadas por violar la DMCA [14], parte de mí quiere decir: "Muy bien, bastardos, empecemos". El problema es, que hay tantas cosas que no se pueden decir. Si las dijeras todas no te quedaría tiempo para tu verdadero trabajo. Tendrías que convertirte en Noam Chomsky. [15]

Sin embargo, el problema de mantener en secreto tus pensamientos, es que se pierden las ventajas de la discusión. Hablar de una idea lleva a más ideas. Así que el plan óptimo, si lo puedes llevar a cabo, es tener unos cuantos amigos de confianza con los que se puede hablar abiertamente. Esto no es sólo una forma de desarrollar ideas, es también una buena regla para elegir amigos. La personas a las que se les pueden decir cosas heréticas sin ser atacado son también los más interesantes para conocer.
 

¿Viso Sciolto?

 
No creo que necesitemos la viso sciolto tanto como la pensieri stretti. Tal vez la mejor política es dejar claro que no estas de acuerdo con cualquier fanatismo corriente en tu tiempo, pero no ser demasiado específico sobre aquello en lo que estas en desacuerdo. Los fanáticos trataran de sacártelo, pero no tienes que responderles. Si tratan de forzarte a tratar una cuestión en sus términos, preguntando: "¿Estás con nosotros o contra nosotros?" siempre puedes responder: "ni con ustedes ni en contra de ustedes".

Mejor aún, responde: "No lo he decidido." Eso es lo que Larry Summers hizo cuando un grupo trató de ponerlo en esta posición. Explicándose a sí mismo más tarde, dijo: "No hago pruebas que utilicen un solo indicador para generar una decisión". [16] [c] Muchas de las preguntas que hacen que las personas se acaloren son en realidad muy complejas. No hay premio por obtener la respuesta rápidamente.

Si los anti-amarillistas parecen estar yendo demasiado lejos y quieres luchar, hay maneras de hacerlo sin que se te acuse de ser amarillista. Como tiradores de un ejército antiguo, debes evitar atacar el cuerpo principal de las tropas del enemigo. Mejor hostigarlos con flechas desde una distancia.

Una forma de hacer esto es elevar el debate hasta un nivel de abstracción. Si argumentas en contra de la censura en general, puedes evitar ser acusado de cualquier herejía que esté contenida en el libro o la película que alguien está tratando de censurar. Puedes atacar las etiquetas con meta-etiquetas: etiquetas que se refieren al uso de etiquetas para evitar la discusión. La difusión de la expresión "políticamente correcto", significó el principio del fin de la corrección política, porque le permitía a uno atacar el fenómeno en su conjunto sin ser acusado de cualesquiera de las herejías específicas que pretendía suprimir.

Otra forma de contraataque es con la metáfora. Arthur Miller socavó a la Cámara de la Comisión de Actividades Antiamericanas al escribir una obra de teatro, "Las Brujas de Salem", que trata sobre los juicios a las brujas de Salem. Nunca se refirió directamente a la comisión y así no les dio oportunidad de replicar. ¿Qué podría hacer la CCAA? ¿Defender los juicios de las brujas de Salem? Y sin embargo, la metáfora de Miller pegó tan bien que hasta el día de hoy las actividades de la comisión son a menudo descritas como una "cacería de brujas".

Lo mejor de todo, probablemente, sea el humor. Los fanáticos, cualquiera que sea su causa, carecen invariablemente de sentido del humor. No pueden responder con amabilidad a las bromas. Son tan infelices en el territorio del humor como un caballero medieval en una pista de patinaje. La mojigatería Victoriana, por ejemplo, parece haber sido derrotada principalmente por tratarla como una broma. Del mismo modo su reencarnación como corrección política. "Me alegro de habermelas arreglado para escribir “Las Brujas de Salem"," escribió Arthur Miller, "pero viéndolo en retrospectiva, a menudo he deseado haber tenido el temperamento para hacer una comedia absurda, que era lo que la situación merecía." [17]
 

ABQ


Un amigo holandés dice que debo usar Holanda como ejemplo de una sociedad tolerante. Ciertamente tienen una larga tradición de mentes abiertas a la comparación. Durante siglos, los países bajos fueron el lugar para ir a decir cosas que no podías decir en cualquier otro lugar, y esto ayudó a hacer de la región un centro de la erudición y la industria (un hecho que ha estado estrechamente ligado por más tiempo de lo que la mayoría de la gente se da cuenta). Descartes, aunque reclamado por los franceses, generó mucho de su pensamiento en Holanda.

Y, sin embargo, me asombra. Los holandeses parecen vivir sus vidas hasta el cuello en normas y reglamentos. Hay tantas cosas que no se pueden hacer allí, ¿en realidad no hay nada que no puedas decir?

Ciertamente, el hecho de que valoren la libertad de pensamiento no es garantía. ¿Quién piensa que no es de mente abierta? Nuestra hipotética señorita remilgada de los suburbios piensa que ella es de mente abierta. ¿No es lo que se le ha enseñado a ser? Preguntale a cualquier persona, y te dirán lo mismo: son de mente muy abierta, a pesar de que pintan una línea en cosas que son realmente malas. (Algunas tribus pueden evitar el termino “equivocado” como juicio, y en su lugar pueden usar un eufemismo que suene más neutral como "negativo" o "destructivo".)

Cuando las personas son malas para las matemáticas, lo saben, porque obtienen respuestas incorrectas en las pruebas. Pero cuando son malas en apertura mental no lo saben. De hecho, tienden a pensar lo contrario. Recuerda, es la naturaleza de la moda ser invisible. No funcionaría de otra manera. La moda no parece como moda a alguien en las garras de la misma. Apenas si parece como lo adecuado por hacer. Es sólo al mirar desde una distancia que vemos oscilaciones en las ideas de la gente sobre lo que es adecuado hacer, y puede identificarse como moda.

El tiempo nos da esta distancia de forma gratuita. De hecho, la llegada de nuevas modas hace a las antiguas más fáciles de ver, porque, en contraste, parecen tan ridículas. Desde un extremo de la oscilación del péndulo, el otro lado parece especialmente lejano.

Sin embargo, ver la moda en tu propio tiempo requiere un esfuerzo consciente. Sin el tiempo para darte distancia, tienes que crear tú mismo esa distancia. En lugar de ser parte de la multitud, colócate lo más lejos que puedas y ve lo que está haciendo. Y presta mucha atención cada vez que una idea esté siendo suprimida. Los filtros de Internet para los niños y los empleados a menudo prohiben sitios que contienen pornografía, violencia y frases de odio. ¿Que cuenta como pornografía y violencia? ¿Y qué es, exactamente, "frases de odio"? Esto suena como una frase salida de 1984. [d]

Etiquetas como esas son probablemente el mayor indicio externo. Si un enunciado es falso, esa es la peor cosa que puedes decir al respecto. No es necesario decir que es una herejía. Y si no es falso, no debe ser suprimido. Así que cuando ves declaraciones siendo atacados como x-ista o y-ista (sustituye tus valores actuales de x y y), ya sea en 1630 o 2030, es un signo inequívoco de que algo anda mal. Cuando escuches tales etiquetas ser utilizadas, preguntate por qué.

En especial si te escuchas a ti mismo utilizándolas. No es sólo la gente a la que tienes que aprender a ver desde una distancia. Tienes que ser capaz de ver tus propios pensamientos a distancia. Esa no es una idea radical, por cierto; es la principal diferencia entre niños y adultos. Cuando un niño se enfada porque está cansado, no sabe lo que está pasando. Un adulto puede distanciarse lo suficiente de la situación para decir "no importa, sólo estoy cansado." No veo por qué no se podría, por un proceso similar, aprender a reconocer y descontar los efectos de las modas morales.

Tienes que dar ese paso extra si quieres pensar con claridad. Pero es más difícil, porque ahora estarás trabajando en contra de las costumbres sociales en lugar de con ellas. Todo el mundo te anima a crecer hasta el punto en el que puedas descartar tu propio mal humor. Pocos te animan a continuar hasta el punto en el que puedas descartar el mal humor de la sociedad.

¿Cómo puedes ver la ola, cuando tú eres el agua? Cuestiona siempre las cosas. Esa es la única defensa. ¿Qué no puedes decir? ¿Y por qué?


 

Notas


1] Probablemente la Inquisición nunca pretendió llevar a cabo su amenaza de tortura. Pero eso fue porque Galileo dejó claro que haría cualquier cosa que le pidieran. Si se hubiera negado, es difícil imaginar que simplemente habrían dado marcha atrás. No mucho tiempo antes habían quemado al filósofo Giordano Bruno, cuando resulto ser intransigente.

[2] Muchas organizaciones amablemente publican listas de lo que no puedes decir en su interior. Lamentablemente, estas suelen ser a la vez incompletas, porque hay cosas tan impactantes que ni siquiera anticipan que alguien las diga, y al mismo tiempo tan generales que literalmente no se podrían hacer cumplir. Es raro el código de habla universitario que no prohibiría, si se tomase literalmente, a Shakespeare.

[3] Kundel HL, Nodine CF, Krupinski EA, "En busca de nódulos pulmonares: El reparo visual indica la ubicación de decisiones falso-positivo y falso-negativo. Radiología Investigativa, 24 (1989), 472-478.

[4] El verbo "diff” (traducido como: diferencia. N. del E.) es jerga informática, pero es la única palabra con exactamente el sentido que yo quiero. Se trata de la utilidad Unix diff, que da una lista de todas las diferencias entre dos archivos. En términos más generales significa una comparación microscópica no selectiva y minuciosa entre dos versiones de algo.

[5] Puede parecer a partir de esto que soy una especie de relativista moral. Ni mucho menos. Creo que "juicioso" es una de las etiquetas que se utilizan en nuestro tiempo para evitar la discusión de ideas, y que nuestros intentos de ser "sin prejuicios" parecerán a las épocas futuras una de las cosas más cómicas acerca de nosotros.

[6] Esto hace que el mundo sea confuso para los niños, ya que lo que ven no concuerda con lo que les dicen. Nunca pude entender por qué, por ejemplo, los "exploradores" Portugueses habían comenzado sus recorridos a lo largo de la costa de África. De hecho, estaban en búsqueda de esclavos.

Bovill, Edward, El Comercio de Oro de los Moros, Oxford, 1963.

[7] Los niños aprenden rápidamente estas palabras de sus amigos, pero saben que no deben usarlas. Así que por un tiempo tienes un estado de cosas como algo de una comedia musical, donde los padres usan estas palabras entre sus compañeros, pero nunca delante de los hijos y los hijos usan estas palabras entre sus amigos, pero nunca delante de sus padres.

[8] Hace unos años trabajé para una startup cuyo logo era un círculo rojo sólido con una V blanca en el centro. Me gustaba mucho este logo. Después de haber estado usándolo por un tiempo, recuerdo que pensé, ¿sabes? este es un símbolo muy poderoso, un círculo rojo. El rojo es sin duda el color más básico, y el círculo la forma más básica. Juntos tuvieron tal impacto visual. ¿Por qué no más empresas estadounidenses tienen un círculo rojo en su logo? ¡Ahh!, ...

[9] El miedo es con mucho la más fuerte de las dos fuerzas. A veces, cuando oigo que alguien utiliza la palabra "gyp" [“estafa” N. del T.] les digo, con una expresión seria, que no se puede usar más esa palabra porque es considerado despectivo para los Rumanos (También conocidos como Gypsies=gitanos). De hecho, los diccionarios no están de acuerdo sobre su etimología. Pero la reacción a esta broma es casi siempre un poco de aterrorizada conformidad. Hay algo acerca de la moda, en la ropa o las ideas, que le quita la confianza a la gente: cuando se enteran de algo nuevo, sienten que era algo que deberían haber sabido ya.

[10] No pretendo sugerir que las opiniones de los científicos son, inevitablemente, correctas, sólo que su disposición a considerar ideas poco convencionales les da una ventaja. En otros aspectos, a veces están en desventaja. Al igual que otros estudiosos, muchos científicos nunca se han ganado la vida directamente: es decir, nunca se les ha pagado a cambio de servicios prestados. La mayoría de los estudiosos vive en un micromundo anómalo en el que el dinero es algo repartido por comités en lugar de una representación para el trabajo, y les parece natural que las economías nacionales se deban llevar de la misma manera. Como resultado, muchas personas que de otra forma eran inteligentes eran socialistas en la mitad del siglo XX.

[11] Es de suponer que, dentro de la industria, tales pensamientos se considerarían "negativos". Otra etiqueta, muy parecida a "derrotista". No importa qué, uno debe preguntarse, ¿son verdaderas o no? De hecho, la medida de una organización sana es, probablemente, el grado en que los pensamientos negativos son permitidos. En los lugares donde se hacen grandes trabajos, la actitud siempre parece ser crítica y sarcástica, no "positiva" y "de apoyo". La gente que conozco que hace un gran trabajo piensa que su trabajo apesta, pero que el de todos los demás apesta aún más.

[12] Behar, Richard, "El Floreciente Culto de Codicia y Poder," Time, 6 de mayo de 1991.

[13] Healy, Patrick, "Summers ataca acciones ‘anti-semitas’, Boston Globe, 20 de septiembre de 2002.

[14] “Tinkerers Champion", El Economista, 20 de junio de 2002.

[15] Con esto no quiero decir que tendrías que ser un polemista profesional, no que las opiniones de Noam Chomsky sean = lo que no se puede decir. Si realmente dijeras las cosas que no se pueden decir, conmocionarías a conservadores y liberales por igual —al igual que, si volvieras a la Inglaterra victoriana en una máquina del tiempo, tus ideas conmocionarían a Whigs y  Tories por igual.

[16] Traub, James, "Harvard Radical," Revista New York Times, 24 de agosto de 2003.

[17] Miller, Arthur, Las Brujas de Harlem en la Historia y Otros Ensayos, Methuen, 2000.


Gracias a Sarah Harlin, Trevor Blackwell, Jessica Livingston, Robert Morris, Eric Raymond y Bob van der Zwaan por la lectura de los borradores de este ensayo, y a Lisa Randall, Jackie McDonough, Ryan Stanley y Joel Rainey por las conversaciones sobre la herejía. Ni que decir tiene que no tienen ninguna culpa de las opiniones expresadas en ellas, y sobre todo por las opiniones que no se expresan en ellas.





Traducido de What You Can't Say por Paul Graham.
Tradución: Armando Alvarez


 

Notas del Traductor


[a] Józef Teodor Konrad Korzeniowski, más conocido como Joseph Conrad (Berdyczów, entonces Polonia, actual Ucrania, 3 de diciembre de 1857 – Bishopsbourne, Inglaterra, 3 de agosto de 1924), fue un novelista polaco que adoptó el inglés como lengua literaria. Es considerado como uno de los grandes escritores modernos en lengua inglesa, cuya obra explora la vulnerabilidad y la inestabilidad moral del ser humano. [Fuente: Wikipedia. Ver].

[b] John Milton (Londres, 9 de diciembre de 1608 - Londres, 8 de noviembre de 1674) fue un poeta y ensayista inglés, conocido especialmente por su poema épico El Paraíso Perdido (Paradise Lost). Políticamente fue una figura importante entre los reclutadores de la Guerra Civil Inglesa, ya que cuando ocupó el puesto de ministro de lenguas extranjeras bajo el mandato de Cromwell era el encargado de responder a los ataques a la república. Sus tratados políticos fueron consultados para la redacción de la Constitución de los Estados Unidos de América.

Poéticamente, Milton es una de las figuras más importantes del panorama literario inglés, siendo en ocasiones situado al mismo nivel que Shakespeare. La influencia de Milton en la literatura posterior es amplia y variada: se atribuye a la influencia de su obra la aceptación y difusión del verso blanco en poesía, y, especialmente durante el Romanticismo, las alusiones a su obra alcanzaron un nivel similar al gozado por las referencias clásicas. La propia personalidad de Milton ha sido en ocasiones debatida y criticada, en especial, la forma en la que se dibujó a sí mismo en algunas de sus obras, en especial en las "Defensio". [Fuente: Wikipedia. Ver]

[c] Lawrence Henry Summers (nacido 30 de noviembre 1954) es un economista estadounidense. Se desempeñó como Secretario del Tesoro desde 1999 hasta 2001 bajo la presidencia de Bill Clinton. Fue Director del Consejo Económico Nacional de Estados Unidos en la Casa Blanca en la administración del presidente Barack Obama hasta Noviembre de 2010. Es el recipiente de la Medalla John Bates Clark en 1993 por su trabajo en diversos campos dela economía.

Summers también sirvió como el 27mo presidente de la Universidad de Harvard desde 2001 hasta 2006. Dimitió como presidente de Harvard, a raíz de un voto de no confianza por los profesores de Harvard como resultado en gran parte de los conflictos por un discurso de 2005 en la que sugirió que la escasa representación de mujeres en la ciencia y la ingeniería puede ser debido a una "diferente disponibilidad de aptitudes en el extremo superior", y menos a patrones de discriminación y de socialización.

La película de 2010 La Red Social (The Social Network), que se ocupa de la fundación de la red social Facebook, muestra a Summers (interpretada por Douglas Urbanski), en su entonces calidad de Presidente de la Universidad de Harvard, en la reunión con los gemelos Cameron y Tyler Winklevoss para discutir sus acusaciones en contra de Mark Zuckerberg. Summers es representado como desdeñoso de las preocupaciones de los gemelos y como incapaz de apreciar el valor potencial de Facebook. En una entrevista realizada en Julio de 2011 parece confirmar la exactitud de la película en la descripción de su manejo de los gemelos Winklevoss. [Fuente: Wikipedia en Inglés. Ver.]

[d] 1984 es una novela política de ficción distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948 y publicada el 8 de junio de 1949. La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el siguiente principio: Lo que no está en la lengua, no puede ser pensado.

Muchos analistas detectan paralelismos entre la sociedad actual y el mundo de 1984, sugiriendo que estamos comenzando a vivir en lo que se ha conocido como sociedad orwelliana. El término orwelliano se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela. La novela fue un éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de los más influyentes libros del siglo XX.

Se la considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las distopías de principios del siglo XX (también clasificadas como ciencia ficción distópica), junto a la novela de 1932 Un mundo feliz (Brave new world en inglés), de Aldous Huxley, y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Algunos consideran a esta novela un plagio de la obra Nosotros escrita por Yevgeni Zamiatin en 1921. Por su parte Orwell reconoció la influencia de la misma en su novela. [Fuente: Wikipedia. Ver.]