LO QUE DESEARÍAS HABER SABIDO
Enero 2005
(Escribí esta charla para una escuela de bachillerato. Nunca la di, porque las autoridades escolares vetaron el plan de invitarme.)
Cuando dije que iba a hablar en una escuela de bachillerato, mis amigos tenían curiosidad. ¿Qué les diras a los bachilleres? Así que les pregunté, ¿qué te gustaría que alguien te hubiera dicho durante el bachillerato? Sus respuestas fueron muy similares. Así que te dire lo que todos deseamos que alguien nos hubiera dicho.
Empezare por decirte algo que no tienes que saber durante el bachillerato: que es lo que deseas hacer con tu vida. La gente siempre está preguntandote esto, por lo que supones que debes tener una respuesta. Pero los adultos hacen esto más que nada para iniciar una conversación. Quieren saber que clase de persona eres, y la única finalidad de esta pregunta es hacerte hablar. Lo preguntan con la misma intención con la que golpearías a un cangrejo ermitaño en un estanque: para ver que hace.
Si estuviera en el bachillerato y alguien me preguntara acerca de mis planes, diría que mi prioridad seria saber cuales son las opciones. No es necesario apurarse para elegir el trabajo de tu vida. Lo que necesitas hacer es descubrir que te gusta. Tienes que trabajar en cosas que te gusten, si quieres ser bueno en lo que haces.
Parecería que nada es más fácil que decidir lo que quieres, pero resulta ser difícil, en parte por la dificultad de visualizar una imagen precisa de la mayoría de los trabajos. Ser médico no es como lo muestran en la televisión. Afortunadamente, también puedes ver médicos reales, trabajando de voluntario en los hospitales. [1]
Pero hay otros trabajos de los que no puedes saber, porque nadie los está haciendo todavía. La mayor parte del trabajo que he hecho en los últimos diez años no existía cuando cursaba el bachillerato. El mundo cambia rápido, y la velocidad a la que cambia se está acelerando. En un mundo como este no es una buena idea tener planes fijos.
Y sin embargo, cada mes de mayo, los oradores de todo el país lanzan el Discurso de Graduación Estandarizado, cuyo tema es: no renuncies a tus sueños. Sé lo que en el fondo intentan decir, pero esta es una mala manera de decirlo, porque, se supone, implica que debes estar sujeto a algún plan que hiciste desde el principio. El mundo de la informática tiene un nombre para esto: optimización prematura. Y es sinónimo de desastre. Estos oradores harían mejor en decir simplemente: No te des por vencido.
Lo que realmente quieren decir es, no te desmoralices. No pienses que no puedes hacer lo que otras personas hacen. Y estoy de acuerdo en que no debes subestimar tu potencial. La gente que ha hecho grandes cosas tiende a parecer como si fuera una raza aparte. Y la mayoría de las biografías sólo exageran esta ilusión, en parte debido a la actitud de adoración en la que los biógrafos inevitablemente suelen caer, y en parte porque, sabiendo cómo termina la historia, no pueden evitar pulir la trama hasta que parece que la vida del sujeto estaba predestinada, el mero despliegue de algún genio innato. De hecho, sospecho que si tuvieras de compañeros en la escuela al Shakespeare o Einstein de dieciséis años, parecerían impresionantes, pero no mucho más que tus otros amigos.
Lo cual es un pensamiento incómodo. Si eran como nosotros, entonces tuvieron que trabajar muy duro para hacer lo que hicieron. Y esa es una de las razones por la que nos gusta creer en el genio. Nos da una excusa para la pereza. Si estos chicos fueron capaces de hacer lo que hicieron sólo por algún tipo de magia a la Shakespeare o a lo Einstein, entonces no es nuestra culpa si no podemos hacer algo tan bueno.
No estoy diciendo que no hay tal cosa como el genio. Pero si estas tratando de elegir entre dos teorías y una te da una excusa para la pereza, la otra es probablemente la correcta.
Hasta el momento hemos reducido el Discurso de Graduación Estandarizado de "no renuncies a tus sueños" a "lo que alguien más puede hacer, tú puedes hacerlo." Pero hay que recortar aún más. Hay cierta variación en la habilidad natural. La mayoría de la gente sobrestima su papel, pero existe. Si estuviera hablando con un chico de un metro veinticinco de altura, cuya ambición es jugar en la NBA, me sentiría muy estúpido diciendole: puedes hacer cualquier cosa si realmente lo intentas. [2]
Tenemos que reducir el Discurso de Graduación Estandarizado a "lo que otra persona con tus habilidades puede hacer, tú puedes hacerlo, y no subestimes tus capacidades." Pero como sucede a menudo, cuanto más te acerques a la verdad, más desordenada se vuelve la sentencia. Hemos tomado un slogan agradable, limpio (aunque erróneo) y lo hemos revuelto como si fuera un charco de lodo. Ya no sirve para un buen discurso. Pero peor aún, no te dice ya más lo que debes hacer. ¿Una persona con tus habilidades? ¿Cuáles son tus habilidades?
Contra el Viento
Creo que la solución es trabajar en la otra dirección. En lugar de trabajar a partir de un objetivo, trabaja a partir de situaciones prometedoras. Esto es lo que la mayoría de las personas de éxito hacen de todos modos.
En el enfoque del discurso de graduación, decides dónde quieres estar dentro de veinte años, y luego preguntas: ¿qué debo hacer ahora para llegar allí? Propongo en cambio, que no te comprometas a nada en el futuro, pero que veas tan sólo las opciones disponibles ahora, y elijas las que te darán el rango de opciones más prometedoras después.
No es tan importante en lo que trabajes, siempre y cuando no estés perdiendo el tiempo. Trabaja en cosas que te interesen y aumenten tus opciones, y después preocupate acerca de cual tomarás.
Supongamos que eres estudiante de primer año universitario, decidiendo si especializarse en matemáticas o economía. Bueno, las matemáticas te darán más opciones: puedes ir a casi cualquier campo desde las matemáticas. Si te especializas en matemáticas será fácil entrar a la escuela de posgrado en economía, pero si te especializas en economía será difícil entrar a la escuela de posgrado en matemáticas.
El vuelo de un planeador es una buena metáfora aquí. Debido a que un planeador no tiene motor, no puedes volar en la dirección del viento sin perder mucha altitud. Si te dejas llevar a favor del viento, lejos de buenos lugares para aterrizar, tus opciones se estrechan de manera incómoda. Como regla deseas mantenerte contra el viento. Así que como reemplazo a "no renuncies a tus sueños" propongo: Mantente contra el viento.
Pero, ¿cómo lo haces? Incluso si a diferencia de la economía las matemáticas están contra el viento ¿cómo se supone que sabrás eso siendo estudiante de bachillerato?
Bueno, no lo sabes y eso es lo que necesitas descubrir. Busca personas inteligentes y problemas difíciles. Las personas inteligentes tienden a agruparse, y si puedes encontrar semejante grupo, probablemente valga la pena unirse a ellos. Pero no es fácil encontrarlos, porque hay muchos que solo fingen serlo.
Para un estudiante recién llegado, todos los departamentos universitarios lucen muy similares. Los profesores parecen todos unos intelectuales inaccesibles, y publican artículos ininteligibles a los extraños. Pero si bien en algunos campos los documentos son ininteligibles porque están llenos de ideas complicadas, en otros están deliberadamente escritos de forma oscura para dar la impresión de que estuvieran diciendo algo importante. Esta puede parecer una propuesta escandalosa, pero ha sido comprobada experimentalmente, en el famoso caso Social Text [a]. Ante la sospecha de que los artículos publicados por teóricos literarios eran a menudo sólo absurdos de tono intelectual, un físico deliberadamente escribió un artículo completo de absurdos de tono intelectual, y lo remitió a un diario de teoría literaria, que lo publicó.
La mejor protección es siempre trabajar en problemas difíciles. Escribir novelas es difícil. Leerlas no lo es. Difícil significa preocuparse: si no te preocupa el que algo que estás haciendo saldrá mal, o que no serás capaz de entender algo que estas estudiando, entonces no es lo suficientemente difícil. Tiene que haber suspenso.
Bueno, pensaras, esta parece una visión pesimista del mundo. ¿Lo que estoy diciendote es que hay que preocuparse? Sí, pero no es tan malo como suena. Es estimulante superar preocupaciones. No ves muchos rostros de gente más felices que los que ganan medallas de oro. ¿Y sabes por qué están tan felices? Por el alivio.
No estoy diciendo que esta sea la única manera de ser feliz. Sólo que algunos tipos de preocupación no son tan malos como parecen.
Ambición
En la práctica, "permanecer contra el viento" se reduce a "trabaja en problemas difíciles." Y puedes comenzar hoy. Ojalá lo hubiera comprendido durante el bachillerato.
A la mayoría de la gente le gusta ser buena en lo que hace. En el llamado mundo real esta necesidad es una fuerza poderosa. Pero los estudiantes de bachillerato rara vez se benefician de ella, porque se les da una cosa falsa que hacer. Cuando cursaba el bachillerato, me permiti creer que mi trabajo era ser un estudiante de bachillerato. Así que deje que mi necesidad de ser bueno en lo que hacia fuera satisfecha simplemente con salir bien en la escuela.
Si cuando cursaba el bachillerato me hubieras preguntado cuál era la diferencia entre los bachilleres y los adultos, habría dicho que era que los adultos tenían que ganarse la vida. Mal. La diferencia es que los adultos asumen la responsabilidad de sí mismos. Ganarse la vida es sólo una pequeña parte de ella. Mucho más importante es asumir la responsabilidad intelectual de uno mismo.
Si tuviera que cursar el bachillerato otra vez, lo trataría como un trabajo diurno. No quiero decir que seria un holgazán en la escuela. Trabajar en algo como trabajo diurno no significa hacerlo mal. Significa no ser definido por él. Quiero decir que no me vería a mí mismo como un estudiante de secundaria, así como un músico con un trabajo diurno como camarero no piensa en sí mismo como camarero. [3] Y cuando no estuviera trabajando en mi trabajo diurno trataría de empezar a hacer trabajo verdadero.
Cuando le pregunto a la gente que es lo que más lamenta del bachillerato, casi todos dicen lo mismo: que perdieron demasiado tiempo. Si te estas preguntando que estas haciendo ahora que será lo que más lamentaras después, probablemente sea eso. [4]
Algunas personas dicen que esto es inevitable —que los estudiantes de bachillerato no son capaces de hacer nada todavía—. Pero no creo que esto sea cierto. Y la prueba es que te aburrías. Probablemente no te aburrías cuando tenias ocho años. Cuando tienes ocho años se le llama "jugar" en lugar de "pasar el rato", pero es la misma cosa. Y cuando yo tenía ocho años, raramente me aburría. Dame un patio y algunos otros niños y puedo jugar todo el día.
La razón de que esto se haya viciado en la escuela secundaria y el bachillerato, ahora me doy cuenta, es que estaba listo para algo más. La infancia se estaba haciendo vieja.
No estoy diciendo que no debas pasar el rato con tus amigos —que todos ustedes deban convertirse en aburridos robots sin sentido del humor que no hacen nada más que trabajar—. Salir con los amigos es como un pastel de chocolate. Lo disfrutas más si lo comes de vez en cuando que si no comes nada más que pastel de chocolate en cada comida. No importa cuánto te guste el pastel de chocolate, te sentirás muy mareado después de que lo comas por tercera ocasión. Y ese es el malestar que uno siente cuando cursas el bachillerato: náuseas mentales. [5]
Puede que pienses: tenemos más cosas por hacer que obtener buenas calificaciones. Tenemos que tener actividades extracurriculares. Pero sabes perfectamente bien lo falsas que la mayoría de estas son. Recoger donaciones para una caridad es una cosa admirable de hacer, pero no es difícil. No está logrando algo. Lo que quiero decir con lograr algo es aprender a escribir bien, o cómo programar computadoras, o saber como era realmente la vida en las sociedades pre-industriales, o cómo dibujar el rostro humano del natural. Este tipo de cosas rara vez se traduce a una linea temática en una solicitud universitaria.
Corrupción
Es peligroso diseñar tu vida teniendo como meta la admisión a la universidad, porque las personas a las que tienes que impresionar para ingresar no son un público muy exigente. En la mayoría de las universidades, no son los profesores los que deciden si entras, sino los oficiales de admisión, y están lejos de ser igual de inteligentes. Ellos son los suboficiales del mundo intelectual. No pueden saber que tan inteligente eres. La mera existencia de escuelas preparatorias es prueba de ello.
Pocos padres pagarían tanto para que sus hijos fueran a una escuela que no mejore sus perspectivas de ingreso. Las preparatorias afirman abiertamente que este es uno de sus objetivos. Pero lo que eso significa, si te detienes a pensar en ello, es que se puede hackear el proceso de admisión: que pueden tomar al mismo chico y hacerlo parecer como un candidato más atractivo de lo que es que si hubiera asistido a la escuela pública local. [6]
En este momento la mayoría de ustedes cree que su trabajo en la vida es ser un prometedor solicitante universitario. Pero eso significa que estas diseñando tu vida para cumplir un proceso tan sin sentido que hay toda una industria dedicada a pervertirlo. No es de extrañar que te vuelvas cínico. El malestar que sientes es el mismo que siente un productor de reality shows o un ejecutivo de la industria tabacalera. Y a ti ni siquiera se te paga mucho.
Entonces, ¿qué haces? Lo que no debes hacer es rebelarte. Eso fue lo que yo hice, y fue un error. No me di cuenta exactamente lo que nos estaba sucediendo, pero percibía el olor a una canallada. Así que me di por vencido. Obviamente el mundo apesta, ¿para qué molestarse?
Cuando descubrí que una de nuestras maestras estaba utilizando Notas de Cliff [b], parecía normal para el curso. Seguramente no significaba nada conseguir buenas calificaciones en semejante clase.
En retrospectiva, esto fue estúpido. Era como si alguien a quien se le cometió falta en un partido de fútbol dijera: —¡Hey!, me has cometido falta, eso va contra las reglas. Y saliera caminando del campo, indignado. Las faltas suceden. Lo que hay que hacer cuando te cometen falta es no perder la calma. Sólo seguir jugando.
Al ponerte en esta situación, la sociedad te ha cometido falta. Sí, como sospechas, muchas de las cosas que aprendes en clase son basura. Y sí, como sospechas, el proceso de admisión a la universidad es en gran parte una farsa. Pero al igual que muchas faltas, ésta no fue intencional. [7] Así que sigue jugando.
La rebelión es casi tan estúpida como la obediencia. En ambos casos te dejas definir por lo que te dicen que hagas. El mejor plan, creo yo, es dar un paso en un vector ortogonal. No te limites a hacer lo que te dicen, y no te niegues simplemente a hacerlo. En su lugar, trata la escuela como un trabajo diurno. Como trabajo diurno, es muy agradable. Terminas a las 3 en punto, y puedes incluso trabajar en tus propias cosas mientras estás allí.
Curiosidad
Y, ¿cuál se supone que será tu verdadero trabajo? A menos que seas Mozart, tu primera tarea consiste en descubrir esto. ¿Cuáles cosas son grandiosas para trabajar? ¿Dónde están las personas imaginativas? Y lo más importante, ¿en qué estás interesado? La palabra "aptitud" es engañosa, porque implica algo innato. El tipo más poderoso de aptitud es un agobiante interés en alguna cuestión, y tales intereses son por lo general gustos adquiridos.
Una versión distorsionada de esta idea se ha filtrado en la cultura popular bajo el nombre de "pasión". Hace poco vi un anuncio para meseros diciendo que querían gente con "pasión por el servicio." A lo que se referían no es a algo que uno pueda tener sirviendo mesas. Y la pasión es una mala palabra para ello. Un nombre más adecuado sería curiosidad.
Los niños son curiosos, pero la curiosidad a la que me refiero tiene una forma distinta a la curiosidad de un niño. La curiosidad de los niños es amplia y poco profunda; preguntan por qué, al azar, acerca de todo. En la mayoría de los adultos esta curiosidad se seca por completo. Tiene que: no se puede hacer nada si siempre estás preguntando el por qué de todo. Pero en los adultos ambiciosos, en lugar de secarse, la curiosidad se hace estrecha y profunda. El barro se transforma en un pozo.
La curiosidad convierte el trabajo en juego. Para Einstein, la relatividad no era un libro lleno de cosas difíciles que tuvo que aprender para un examen. Era un misterio que estaba tratando de resolver. Por lo que inventarla probablemente se sintió menos como trabajo para él, de lo que ahora parece a alguien aprenderla en clase.
Una de las más peligrosas ilusiones que recibes en la escuela es la idea de que hacer grandes cosas requiere de mucha disciplina. La mayoría de las materias se imparten de manera tan aburrida que es sólo por disciplina que puedes sobrellevarlas. Así que me sorprendió cuando, al iniciar la universidad, leí una cita de Wittgenstein que decía que él no tenía auto-disciplina y nunca había sido capaz de negarse a sí mismo nada, ni siquiera una taza de café.
Ahora conozco una cantidad de personas que realizan grandes trabajos, y es lo mismo con todos ellos. Tienen poca disciplina. Todos ellos son unos indecisos terribles y es casi imposible que se pongan a hacer algo en lo que no están interesados. Uno de ellos todavía no ha enviado la mitad de notas de agradecimiento de su boda, realizada hace cuatro años. Otro tiene 26,000 mensajes de correo electrónico en su bandeja de entrada.
No estoy diciendo que puedas salirte con la tuya con cero auto-disciplina. Es probable que necesites una cantidad como la que se necesita para salir a correr. A menudo me siento reacio a salir a correr, pero una vez que lo hago, lo disfruto. Y si no corro durante varios días, me siento mal. Es lo mismo con las personas que realizan grandes cosas. Saben que se sentirán mal si no trabajan, y tienen la disciplina suficiente para ir a su escritorio y empezar a trabajar. Pero una vez que empiezan, el interés se hace cargo, y la disciplina ya no es necesaria.
¿Crees que Shakespeare se estresaba tratando deliberadamente de escribir gran literatura? Por supuesto que no. Se divertía. Por eso es tan bueno.
Si quieres hacer un buen trabajo, lo que necesitas es una gran curiosidad acerca de una pregunta prometedora. El momento crítico para Einstein fue cuando observo las ecuaciones de Maxwell y dijo, ¿qué diablos está pasando aquí?
Puede tomar años concentrarse en una pregunta productiva, ya que puede tomar años comprender de que se trata realmente un tema. Por tomar un ejemplo extremo, considera las matemáticas. La mayoría de la gente piensa que odia las matemáticas, pero las cosas aburridas que haces en la escuela bajo el nombre de "matemáticas" no son en absoluto como lo que hacen los matemáticos.
El gran matemático G.H. Hardy [c] dijo que a él tampoco le gustaban las matemáticas en el bachillerato. Sólo las abordó porque era mejor para ellas que los otros estudiantes. Fue hasta más tarde que se dio cuenta que las matemáticas eran interesantes― sólo entonces se empezó a hacer preguntas en lugar de simplemente responderlas correctamente.
Cuando un amigo mío solía quejarse porque tenía que escribir un artículo para la escuela, su madre le decía: encuentra una manera de hacerlo interesante. Eso es lo que tienes que hacer: encontrar una pregunta que haga al mundo interesante. Las personas que logran grandes cosas miran el mismo mundo que todos los demás, pero descubren algún extraño detalle que es irresistiblemente misterioso.
Y no sólo en cuestiones intelectuales. La gran pregunta de Henry Ford fue, ¿por qué los coches tienen que ser un artículo de lujo? ¿qué pasaría si los tratas como una necesidad? La de Franz Beckenbauer fue, ¿por qué todo el mundo tiene que permanecer en su posición? ¿por qué no pueden los defensores meter goles también?
Ahora
Si se requiere de años para articular grandes preguntas, ¿qué puedes hacer ahora, a los dieciséis años? Trabaja en encontrar una. Las grandes preguntas no aparecen de repente. Cuajan poco a poco en tu cabeza. Y lo que las hace cuajar es la experiencia. Así que la manera de encontrar las grandes preguntas es no buscandolas: no andar por ahí pensando, ¿qué gran descubrimiento debo hacer? No se puede responder a eso; si pudieras, ya lo habrías hecho.
La manera de hacer que una gran idea aparezca en tu cabeza es no estar a la caza de grandes ideas, sino invertir mucho tiempo trabajando en cosas que te interesan, y en el proceso mantener la mente lo suficientemente abierta como para que una gran idea pueda instalarse. Einstein, Ford y Beckenbauer todos utilizaron esta receta. Todos conocían su trabajo como un pianista conoce las teclas. Por eso, cuando algo les parecía fuera de lugar, tenían la confianza necesaria para notarlo.
Establece un tiempo para un cómo y un qué. Lo único que tienes que hacer es elegir un proyecto que parezca interesante: dominar algunos trozos de material, o hacer algo, o responder a alguna pregunta. Escoge un proyecto que tome menos de un mes y sea algo para lo cual tienes los medios para terminarlo. Haz que sea lo bastante difícil para presionarte, pero sólo lo necesario, sobre todo al principio. Si estas decidiendo entre dos proyectos, elige el que parezca más divertido. Si te explota en la cara, empieza otro. Repite hasta que, como un motor de combustión interna, el proceso se vuelva autosuficiente, y cada proyecto genere el siguiente. (Esto puede tardar años).
Estaría bien no hacer un proyecto "para la escuela," si eso te restringirá o hará que parezca trabajo. Involucra a tus amigos, si quieres, pero no a demasiados, y sólo si son confiables. Los amigos ofrecen apoyo moral (pocas startups [d] son iniciadas por una sola persona), pero el sigilo también tiene sus ventajas. Hay algo agradable en un proyecto secreto. Y puedes tomar más riesgos, porque nadie lo sabrá si fallas.
No te preocupes si un proyecto no parece estar en camino hacia una meta que se supone debes tener. Los caminos pueden doblarse mucho más de lo que piensas. Así que deja que el camino se aparte del proyecto. Lo más importante es estar emocionado por ello, porque es haciendo como se aprende.
No ignores las motivaciones impropias. Una de las más poderosas es el deseo de ser mejor que los demás en algo. Hardy dijo que fue eso lo que lo puso en camino, y creo que la única cosa inusual en él es que lo admitió. Otro gran motivador es el deseo de hacer, o saber, cosas que no se supone que hagas o sepas. El deseo de hacer algo audaz esta muy relacionado. No se supone que los chicos de dieciséis años escriban novelas. Así que si lo intentas, todo lo que consigas estará en el lado positivo de la balanza, si fracasas por completo, no estarás haciendo peor a lo esperado. [8]
Ten cuidado con los malos ejemplos. Especialmente cuando justifican la pereza. Cuando estaba en la preparatoria solía escribir cuentos cortos "existencialistas", como los que había visto por escritores famosos. Mis historias no tenían mucha trama, pero eran muy profundas. Y eran menos laboriosas de escribir de lo que una historia entretenida habría sido. Debería haber sabido que era una señal de peligro. Y de hecho me encontré con que mis historias eran bastante aburridas; lo que me emocionaba era la idea de escribir cosas serias, intelectuales, como los escritores famosos.
Ahora tengo la experiencia suficiente para darme cuenta de que esos escritores famosos en realidad no eran tan buenos. Mucha gente famosa no lo es, a corto plazo; la calidad de su trabajo es sólo un pequeño componente de la fama. Debería haberme preocupado menos el hacer algo que pareciera interesante, y tan solo hacer algo que me gustaba. De todos modos, ese es el camino a lo sobresaliente.
Un ingrediente clave en muchos proyectos, casi un proyecto en sí mismo, es encontrar buenos libros. Casi todos los libros son malos, incluyendo los de texto. [9] Por lo tanto, no asumas que podrás aprender un tema por que hay un libro que más se le aproxima. Tienes que buscar activamente ese pequeño número de buenos libros.
Lo importante es salir y hacer cosas. En lugar de esperar a que se te enseñe, sal y aprende.
Tu vida no tiene que ser determinada por los oficiales de admisión. Puede ser determinada por tu propia curiosidad. Lo es para todos los adultos ambiciosos. Y no tienes que esperar para empezar. De hecho, no tienes que esperar para ser un adulto. No hay un interruptor en tu interior que se encienda mágicamente cuando cumples una cierta edad o te gradúas de alguna institución. Empiezas a ser un adulto cuando decides asumir responsabilidad de tu vida. Puedes hacer esto a cualquier edad. [10]
Puede que esto suene sin sentido. Puede que pienses, sólo soy un menor de edad, no tengo dinero, tengo que vivir en casa, todo el día tengo que hacer lo que los adultos me dicen. Bueno, la mayoría de los adultos trabajan sujetos a restricciones igual de incomodas, y se las arreglan para hacer las cosas. Si piensas que ser un chico es restrictivo, imagina tener hijos.
La única diferencia real entre los adultos y los chicos de bachillerato, es que los adultos saben que necesitan hacer las cosas, y los bachilleres no. Esta verdad golpea a la mayoría de las personas alrededor de los 23 años. Pero estoy dejandote que descubras temprano el secreto. Así que manos a la obra. Podrías ser de la primera generación cuyo mayor arrepentimiento durante el bachillerato no sea cuánto tiempo has perdido.
Notas
[1] Un médico amigo mío advierte que incluso esto puede dar una imagen inexacta. "¿Quién sabía cuánto tiempo tomaría, que poca autonomía uno tendría por interminables años de formación, y lo increíblemente molesto que es tener que llevar un beeper?"
[2] Probablemente su mejor apuesta sería convertirse en dictador e intimidar a la NBA para dejarlo jugar. Hasta ahora, lo más cercano a lo que alguien ha llegado es a Secretario del Trabajo.
[3] Un trabajo diurno es uno que tomas para pagar las cuentas, de manera que puedas hacer lo que realmente quieres, como tocar en una banda, o inventar la relatividad.
Tratar el bachillerato como un trabajo diurno puede hacer que sea más fácil para algunos estudiantes sacar buenas notas. Si tratas tus clases como un juego, no te desmoralizarás si parecen inútiles.
Sin importar lo malo que sean tus clases, tienes que sacar buenas notas en ellas para entrar en un colegio decente. Y eso es algo que vale la pena hacer, porque es en las universidades donde muchos de los grupos de personas inteligentes están en estos días.
[4] La segunda cosa de la que más me arrepiento es haberme preocupado demasiado por cuestiones sin importancia. Y sobre todo, acerca de lo que otras personas pensaban de ellas.
Creo que lo que realmente quieren decir, en este último caso, es preocuparse de lo que gente cualquiera pensaba de ellos. A los adultos también les preocupa lo que piensen los demás, pero llegan a ser más selectivos con otras personas.
Tengo cerca de una treintena de amigos cuya opinión me importa, y la opinión del resto del mundo casi no me afecta. El problema durante el bachillerato es que tus compañeros son elegidos para ti por accidentes de edad y geografía, y no por ti, basado en el respeto por su criterio.
[5] La clave para perder el tiempo es la distracción. Sin distracciones es demasiado obvio para tu cerebro que no estás haciendo nada con él, y empiezas a sentirte incómodo. Si quieres medir que tan dependiente te has vuelvo de las distracciones, prueba este experimento: aparta una cantidad de tiempo en un fin de semana y sientate solo a pensar. Puedes tener un cuaderno para escribir tus pensamientos, pero nada más: ni amigos, televisión, música, teléfono, mensajería instantánea, correo electrónico, Web, juegos, libros, periódicos o revistas. Transcurrida una hora la mayoría de la gente sentirá un fuerte deseo por distraerse.
[6] No quiero dar a entender que la única función de las escuelas preparatorias sea engañar a los oficiales de admisión. También suelen ofrecer una mejor educación. Pero prueba este experimento mental: supongamos que las escuelas preparatorias suministran la misma educación superior, pero tienen un pequeño (0.001) efecto negativo sobre la admisión a la universidad. ¿Cuántos padres enviarían todavía a sus hijos a ellas?
También podría argumentarse que los chicos que fueron a escuelas preparatorias, debido a que han aprendido más, son mejores candidatos para la universidad. Pero esto parece empíricamente falso. Lo que se aprende, incluso en la mejor escuela preparatoria es un error de redondeo en comparación con lo que aprendes en la universidad. Los chicos de las escuelas públicas llegan a la universidad con una ligera desventaja, pero empiezan a salir adelante en el segundo año.
(No estoy diciendo que los chicos de escuelas públicas son más inteligentes que los de escuelas privadas, sólo que están al nivel de los de cualquier colegio determinado. Es la conclusión a la que llegas necesariamente si estas de acuerdo en que las escuelas preparatorias mejoran las perspectivas de admisión de los chicos.)
[7] ¿Por qué la sociedad te comete falta? Por indiferencia, principalmente. No hay, simplemente, fuerzas externas presionando a la escuela a ser buena. El sistema de control de trafico aéreo funciona porque de lo contrario los aviones se estrellarían. Las empresas tienen que cumplir porque de lo contrario los competidores se llevarían a sus clientes. Pero ningún avión se estrella si tu escuela apesta, y no tiene competidores. La escuela de bachillerato no es mala, es el azar, pero el azar es bastante malo.
[8] Y luego, por supuesto, esta el dinero. No es un gran factor durante el bachillerato, porque no puedes hacer mucho de lo que alguien quiere. Pero muchas grandes cosas fueron creadas principalmente para hacer dinero. Samuel Johnson dijo que "Ningún hombre, más que algún tonto, escribió jamas, excepto por dinero." (Muchos esperan que estuviera exagerando.)
[9] Incluso los libros de texto universitarios son malos. Cuando llegues a la universidad, encontrarás que (salvo algunas pocas excepciones brillantes) los libros de texto no están escritos por los principales estudiosos en el campo que describen. Escribir libros de texto universitarios es un trabajo desagradable, realizado sobre todo por personas que necesitan el dinero. Es desagradable, porque los editores ejercen demasiado control, y hay pocas cosas peores que la estrecha supervisión de alguien que no entiende lo que estás haciendo. Este fenómeno parece ser aún peor en la producción de libros de texto de bachillerato.
[10] Tus profesores siempre están diciendoles que se comporten como adultos. Me pregunto si les gustaría si lo hicieran. Puede que seas ruidoso y desordenado, pero eres muy dócil en comparación con los adultos. Si en realidad empezarán a actuar como adultos, simplemente sería como si un grupo de adultos se hubiera transportado a sus cuerpos. Imagina la reacción de un agente del FBI o de un conductor de taxi o de un reportero a los que se les dice que tienen que pedir permiso para ir al baño, y sólo una persona puede ir a la vez. Por no hablar de las cosas que te enseñan. Si un verdadero grupo de adultos de repente se encontrara atrapado en la escuela de bachillerato, lo primero que harían seria formar un sindicato y renegociar todas las reglas con la administración.
Gracias a Ingrid Bassett, Trevor Blackwell, Rich Draves, Dan Giffin, Sarah Harlin, Jessica Livingston, Jackie McDonough, Robert Morris, Mark Nitzberg, Lisa Randall, y Aaron Swartz por leer borradores de este ensayo y a muchos otros por hablar conmigo sobre el bachillerato.
Notas del Traductor
[a] El escándalo Sokal, también conocido como la broma Sokal, fue un engaño perpetrado por Alan Sokal, profesor de física en la Universidad de Nueva York. En 1996, Sokal envió un artículo a Social Text, una revista académica de estudios culturales posmodernos. El artículo era un experimento para poner a prueba el rigor intelectual de la publicación y, en particular, saber si semejante diario "publicaría un artículo generosamente salpicado de tonterías si (a) sonaba bien, y (b) halagaba las ideas preconcebidas de los editores." [Fuente: Wikipedia en Inglés. Ver].
[b] Las Notas de Cliff son una serie de guias para el estudiante disponibles principalmente en Estados Unidos. Las guías presentan y explican obras literarias y algunas otras en forma de folleto o en línea. Los detractores de estas guías de estudio afirman que permite a los estudiantes evitar la lectura de la bibliografía asignada. Por el contrario, la compañía afirma promover la lectura de la obra original, y no ve las guías de estudio como un sustituto de la lectura. [Fuente: Wikipedia en Inglés. Ver].
[c] Godfrey Harold "G. H. " Hardy (7 febrero 1877 / 1 diciembre 1947) Fue un destacado matemático Inglés, conocido por sus logros en la teoría de números y el análisis matemático.
Fuera del campo de las matemáticas es generalmente conocido por su ensayo de 1940 sobre la estética de las matemáticas: Apología de un Matemático, que a menudo se considera una de las mejores observaciones al interior de la mente de un matemático en funciones escrito para el lego.
[d] El termino startup define a una empresa de reciente creación orientada a la tecnología. El mismo Paul Graham la define a la perfección en Como Financiar una Startup: "Una empresa tiene que ser más que pequeña y de reciente creación para ser una startup. Hay millones de pequeñas empresas en Estados Unidos, pero sólo unas pocas miles son startups. Para ser una startup, una compañía tiene que ser un negocio de productos, no un negocio de servicios. Lo que no quiere decir que tiene que hacer algo físico, sino que tiene que tener una cosa que vende a mucha gente, en vez de hacer trabajos a medida para clientes individuales. El trabajo sobre encargo no es escalable. Para ser una startup tienes que ser la banda que vende un millón de copias de una canción, no el grupo que gana dinero tocando en bodas y Bar Mitzvahs individuales."